Kung Fu Panda es como todas las demás. No creo que ninguna llegue al nivel de Aladdin (la más grande), pero todas resultan divertidas y educativas (aunque creo que los críos pasan mucho de las moralejas, porque si no ya me dirás tu de donde sale tanto cabroncete de menos de un metro de estatura).
En ésta, un panda con la voz de Florentino Fernandez que es hijo de un pelícano (o algo similar) de profesión sopero, tiene como sueño ser un gran luchador de kung fu, y da la casualidad que el viejo maestro tortuga (no confundir con el de Goku) le elige para ser aleccionado en las artes del kung fu como "Guerrero Legendario del Dragón", lo cual conlleva las envidias de sus compañeros en el templo, y el odio del tigre malvado (que siempre quiso ser dicho guerrero). El tigre, se escapa del lugar donde estaba confinado y regresa al templo para destruirlo todo y...bueno y lo de siempre.

La película, salvando las distancias, es algo parecido a Rocky I, con sus entrenamientos, sus cosas y su pelea final (donde no os lo quiero destripar pero al final gana). Y la moraleja principal es que tienes que confiar en ti mismo, a parte de algunas moralejas secundarias como que la envidia es mu mala.
En fin, no vayáis buscando una película de dibujos intelectual, ni nada que os haga pensar demasiado (que a demás, ahora en verano tampoco apetece). Es tan sólo una manera divertida de pasar el rato para canijos y no tan pequeños.
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