jueves, 4 de septiembre de 2008

¡Que No Cunda el Pánico!

Volvemos a la comedia, ya que hace poco he estado viendo una película que ya me llamó la atención en su momento y la estuve revisando o más bien revisionando, para recordar si me había gustado o no (todo el mundo sabe que los espantapájaros no tenemos muy buena memoria que digamos). La peli en cuestión es la "Guía del Autoestopista Galáctico", una coproducción Britanico-Estadounidense del año 2005. Interesante.


Que decir de esta película. Lo primero es que sería difícil de etiquetar, es algo así como una comedia espacial surrealista con cierto tinte de humor inglés. Tiene un poco el estilo de esos grandes clásicos de los Monty Python, ese estilo tan británico, lleno de juegos, de contradicciones, de ironía y ese puntito absurdo que te deja el cerebro a cuadros. Para empezar, al protagonista Arthur (Martin Freeman) le van a derribar la casa para hacer una autovía que tiene que pasar justo por su terreno. Minutos después descubrimos que no estamos sólos en el universo, y lo descubrimos un poco tarde, porque justo los extraterrestres van a destruir la tierra para poder construir una vía interespacial que pasa justo por el lugar que ocupamos en la galaxia (humor inglés). Comienza así una búsqueda por el universo del sentido de la vida, guiados unicamente por un librito que viene a ser más o menos nuestra guía Campsa, la Guía del Autoestopista Galáctico (¡que no cunda el pánico!).


Lo cierto es que ver esta película es como imaginarte La Guerra de las Galaxias pero en lugar de que George Lucas se pasara horas trabajando en el guión, se hubiera ido de botellón y se hubiera pasado con el calimocho. Entre los personajes tenemos a Arthur, que equivaldría a Luke Skywalker pero en cobarde y cuyo traje de jedi es un albornoz de color verdoso que no se quita en todo el filme. Luego tenemos a Zaphod (Sam Rockwell) que sería como Han Solo en plan descerebrado. La princesa Leia sería Trillian (Zooey Deschanel), y hasta John Malcovich sería el equivalente a Java el Hutt (Humma Kavula en este caso). Entre los mejores personajes estaría el de el robot con sentimientos al que, en un intento por llevar al máximo la humanidad de las máquinas, le han otorgado una personalidad depresiva y no para de quejarse y lloriquear todo el tiempo.


La película es simpática y entretenida. No es la típica comedia americana de esketches que busca la risa fácil, sino que bromea con el espectador, critica nuestro modo de vida (el más claro ejemplo es que la raza que domina el universo son como nuestros funcionarios), casi intentando aleccionarnos sobre como es nuestra existencia, y como sería si de vez en cuando corriéramos algunos riesgos y no esperáramos sentados a que nos lleguen las cosas.


No nos llevemos a engaños, aunque es una comedia, los efectos especiales están perfectamente realizados, consiguiendo un equilibrio casi perfecto entre las escenas espaciales y futuristas, con los objetos y personajes cómicos, como el robot cabezón o los "matamoscas" que te dan en toda la cara cuando notan que estás pensando. En fin, no hay nada como una vuelta por el espacio para darnos cuenta de lo bonito que es lo que nos rodea.

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