domingo, 20 de julio de 2008

¿El genio del Terror?

A nadie más le parece, como a mi, que Stephen King es tan malo que se merecería como castigo leer alguno de sus propios libros o aún diría más, incluso alguno de Joyce. Esos ladrillacos que escribe, repletos hasta las pastas de personajes muchos de ellos carentes de interés y otros, tal vez interesantes pero de escasa relevancia en sus historias. Esas tramas lentas, leeeeennnnnttttttaaaaaasssssss, de esas que cuando ya llevas trescientas páginas, muchas veces aún no sabes de que cojones te está hablando todavía. Y que me decís de esos finales. En algunas de sus historias, de las infinitas que tiene (que otra cosa no, pero prolífico es un rato el jodío), consigue atraparte y al final, justo al final, siempre da con el peor desenlace que a nadie se le podría ocurrir, “cráneo privilegiado”...


En fin, el otro día fui a los cines más cercanos a ver LA NIEBLA. ¿Qué puedo decir? A grandes rasgos, creo que no estuvo del todo mal. La historia es llamativa, un pequeño pueblo perdido en los USA (como siempre) sufre un fenómeno realmente extraño, una niebla que parece traer algo horrible con ella. Parte del pueblo se encierran en el supermercado, y allí es donde se va desarrollando la historia. Por una parte han de hacer frente a la niebla y lo que trae con ella, y por otro lado a ellos mismos, a las supersticiones, a la ignorancia, al caos. Aunque hay algunos personajes increíblemente arquetípicos, más planos que el encefalograma de Belén Esteban, aunque tiene algunas escenas que pueden recordar a otros clásicos del cine de terror, aunque parezca haber sido dirigida por un alumno de instituto de imagen y sonido (demasiados aunques,¿no?), bueno, después de todo, creo que se puede ver, que a menudo es difícil ver algo de calidad dentro del género de terror, y que salvando las distancias, esto te permite ir al cine y no pensar que la productora en cuestión te la está metiendo doblada.


Supongo que no pasará a la historia como una de las grandes del género, pero también supongo que a los que han participado en ella, tanto delante como detrás de las cámaras, no les dará demasiada vergüenza mencionarlo en su currículo.

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